Wednesday, June 3, 2015

# 0049 Cabos sueltos: Frege y la teoría semántica

Si puedo entonces resumir lo que encontramos ayer, podría ser algo así como esto: el, así llamado “principio de Frege” que por ejemplo Kripke invoca de manera elemental en sus propuestas en el ensayo “Frege’s Theory of Sense and Reference: Some Exegetical Notes”, Theoria, 2008, 74, 181-218 es irrelevante para la construcción del sistema científico tal como la plantea Frege, porque en ésta no hay nombres simples sub-oracionales. Frege claramente pensaba que la oración es una imagen del pensamiento y que partes de la oración corresponden a partes del pensamiento. En cuanto a la lógica tiene que haber nombres como ‘la Luna’, ‘Estocolmo’ o ‘la capital de Suecia’. Pero cómo se establece el sentido de estos nombres es una cuestión que Frege no resuelve: no concierne a la lógica. Él sólo nota que para entender una oración como “Estocolmo es la capital de Suecia” o “la luna tiene una distancia media de la tierra de 384,400 km” necesitamos dominar el lenguaje en general; el origen del sentido de estos nombres no se revela analizando únicamente estas oraciones. Que estos sentidos sean elementos de “conocimiento directo” análogamente a lo que Russell entiende por esto, interpretación que según Kripke podría hacer viable una teoría semántica basada –supongo- en el “principio de Frege”, no es algo que se le puede atribuir al inventor de la lógica moderna originario de Wismar.

Sostengo, entonces, que no hay ninguna teoría semántica en Frege, ni ninguna intención por su parte de elaborar semejante teoría. Lo que sí hay, claramente, es una filosofía de lenguaje que viene, para así decir, gratis junto con sus investigaciones en los fundamentos de la aritmética; haber inventado la Begriffsschrift para representar en forma pura las relaciones lógicas del pensamiento, es aplicar determinada filosofía de lenguaje y Frege revela sus motivos y creencias al respecto en múltiples ocasiones. No puede haber duda, entonces, que Frege hace contribuciones, y bastante revolucionarias, a la filosofía de lenguaje.

Pienso que podemos regresar ahora al § 32 de Grundgesetze y la relación entre nociones como nombre, oración, pensamiento, sentido y significado que ahí se discute.

Tuesday, June 2, 2015

# 0048 Cabos sueltos: Frege y la teoría semántica

Un tema que no hemos acabado del todo es cómo entender correctamente lo que Frege dice en la sección § 32 de Grundgesetze acerca del sentido de las oraciones. Para esto cité algunos mensajes atrás el siguiente pasaje de “Apuntes para Ludwig Darmstädter”:

“Se tiene que distinguir entre el sentido y el significado de un signo (palabra, expresión). Cuando un astrónomo enuncia algo de la Luna, la propia Luna no es parte del pensamiento expresado. La Luna misma es el significado de la expresión “la Luna”. Esta expresión tiene que tener entonces, además de su significado, un sentido, el cual puede ser componente de un pensamiento: la oración puede ser considerada como un retrato del pensamiento de manera que a la proporción de la parte respecto al todo en el pensamiento y a las partes de pensamientos corresponden en lo general en la misma proporción las oraciones y las partes de las oraciones.”

Lo que Frege aclara en este pasaje es que el significado de ‘la luna’ es la luna, pero que la luna no puede formar parte de ningún pensamiento; la luna es pesada y viaja muy rápido, los pensamientos no tienen peso y no ocupan ningún espacio. Quizá podríamos agregar que para Frege la luna es real, mientras que los pensamientos son objetivos y sería preferible no hablar de ellos como reales. Lo que en todo caso puede formar parte del pensamiento no es la luna, sino el sentido de la expresión ‘la luna’, y es este sentido el que establece que el significado de los signos ‘la luna’ sea la luna.
Si esto fuera todo, quienes como Kripke identifican ‘sentido’ (fregeano) con lo que usualmente se llama ‘significado’ y ‘significado’ (fregeano) con ‘referente’ tendrían razón, y quienes piensan que Frege establece aquí una teoría general de significado al menos en sus contornos generales, también. Dejemos esto así, por el momento.
El pasaje citado continúa así:

En el reino del significado la situación es diferente. No se puede decir que Suecia sea una parte de la capital de Suecia. El mismo objeto puede ser el significado de diferentes expresiones y alguna de estas expresiones puede tener un sentido que será diferente del sentido de otra de estas expresiones. La coincidencia en el reino del significado puede venir acompañada de una distinción en el reino de los sentidos. Así, es posible que una oración de la forma “A = B” exprese un pensamiento que esté más lleno de contenido que un pálido ejemplo de la ley de identidad. Un reconocimiento puede ser mucho.”

El objetivo principal de estos pasajes es evidentemente arrojar alguna luz sobre la distinción que Frege hace entre sentido y significado, y esto aparentemente para alguien no familiarizado con su doctrina. Por esto quizá le haya parecido lo más natural partir de expresiones que tienen, sin duda, significado; y explicar a mano de éstas cómo es que el sentido de los símbolos es lo que establece el significado de éstos. Un poco más adelante en el texto reclamará que también las oraciones enteras tienen un sentido, y vía este sentido, un significado. Todo aquí parece indicar que el sentido de las oraciones enteras lo construimos a partir del sentido de las expresiones que las componen. Y así parece ser que e.g. Kripke entiende lo que él llama “la doctrina de Frege”.

Pero, como sabemos, en su construcción de sistema Frege no procede así. Allí rige el principio de contexto, en el cual el sentido de las expresiones suboracionales procede del sentido de la oración entera. Las partes en las que analizamos las oraciones enteras dependen de cuál parte de la oración la tomamos como el argumento y cuál como la parte predicativa – Frege acaba con la idea de que el análisis lógico debe proceder, e.g., en términos de sujeto y predicado. Y en la construcción del sistema emprendida en Grundgesetze, las unidades mínimas de significado siempre son oraciones enteras y lo que estas significan, valores de verdad; o se trata de los objetos basados en oraciones enteras, las extensiones de conceptos.

Yo pienso que si se quiere mantener la idea de que en los pasajes arriba Frege enuncia elementos de una teoría semántica y no da meramente ejemplos tomados del lenguaje de uso diario para ilustrar un determinado punto de su teoría, debería haber algún gesto hacia la construcción de una conexión entre tal teoría semántica y los elementos constructivos de Grundgesetze. Pero no hay nada de esto, hasta donde sé.

La actitud de Frege tenía, más bien, una orientación en sentido opuesto: el pensamiento para Frege es objetivo, pero no lingüístico. Le damos expresión al pensamiento vía nuestro lenguaje, pero no es el objetivo del lenguaje revelar la estructura del pensamiento. Una idea muy parecida la encontramos también en el Tractatus, en particular en 4.002. Lo que Frege trataba de hacer es “liberar” el análisis de la vestimenta del lenguaje natural que hace difícil ver su estructura. Frege también deploraba el nombre que él le dio a este simbolismo libertador: Conceptografía. No se trata de encontrar una notación para los conceptos, sino para los pensamientos y sus relaciones. Lo que también induce al error es hablar de la conceptografía como de un lenguaje – pues no era un lenguaje lo que Frege quería construir, sino un sistema simbólico para representar el mundo de los pensamientos sin otros objetivos que el de estudiar a través de este sistema las leyes del ser verdadero.