# 0033
Los pasajes que aquí citaré de “Sobre sentido y significado”
son de la traducción de Ulises Moulines del libro Gottlob Frege: Estudios sobre semántica, Ariel;
Barcelona; 1971 (Orbis; 1984). El título, sin embargo, Moulines lo reproduce
como “Sobre sentido y referencia”, siguiendo una traducción más o menos
establecida por esas fechas en la literatura sobre Frege. Ya di algunas razones
por las que creo que esta traducción induce una apreciación anacrónica del
pensamiento filosófico de Frege, atribuyéndole equivocadamente una visión y
puntos de vista que sólo surgieron con la filosofía analítica madura y que en
algunos puntos contradicen francamente posturas que Frege defendía. Leer a Frege bajo estos supuestos ocasionalmente tiene el efecto de hacer
estas posturas de Frege totalmente incomprensibles y hasta absurdas. En todo
caso, me tomaré la libertad de cambiar en las citas la palabra ‘referencia’,
donde Moulines la usa para traducir ‘Bedeutung’, por ‘significado’.
Pero presentemente nos enfocaremos a como Frege usa y
explica la expresión ‘sentido’ y qué papel tendría, aplicada a los signos de la
conceptografía. También trataremos de mostrar algunas evidencias porque no es
buena la idea de que ‘sentido’ en una “semántica de Frege” podría jugar el
papel de ‘significado’ en una teoría de significado inspirado en Russell, como
sugieren e.g. Dummett (a veces), Kripke y otros.
Las explicaciones que Frege da en este texto acerca del
significado de ‘sentido’ ocupan sólo unas cuantas páginas. La mayor parte del
ensayo se dedica a dar explicaciones acerca de qué pasa cuando no hablamos acerca
de objetos comunes como montañas o personas, sino sobre elementos del propio
lenguaje como, por ejemplo, oraciones. Tendremos que reflexionar también un
poco sobre el motivo que Frege tiene para dedicar una proporción tan grande de
su ensayo a este tema; Por lo pronto sólo ventilo mi sospecha de que el motivo
es que lo que a Frege realmente le interesa en todo esto son objetos que sólo
conocemos porque son signos oracionales que figuran dentro de oraciones que figuran
dentro de oraciones: extensiones de conceptos de segundo nivel como los números
cardinales, aunque esto no es evidente para nada de la lectura del ensayo, que
efectivamente parece consistir de una lista algo arbitraria de diferentes tipos
de cláusulas subordinadas y su relación con su respectiva oración principal. Esto
podría tomarse como intento superficial de establecer una teoría sobre
proposiciones; una actitud que, sin embargo, sería bastante incongruente con la
seriedad y sistematicidad de Frege en cuestiones de las ciencias.
La primera ocasión en que Frege usa la palabra ‘sentido’ en
este ensayo ocurre después de dar un ejemplo de que un objeto (el punto de
intersección de las rectas que unen los ángulos de un triángulo) se nos puede
dar de dos diferentes maneras (como intersección de las líneas a y b
y también como intersección de las líneas b
y c), por lo que la ecuación ‘la
intersección de a y b = la intersección de b y c)
es verdadera, porque ambas expresiones designan el mismo objeto, y es más que
un enunciado meramente de la ley de identidad, ya que contiene información,
e.g., sobre una propiedad de los triángulos.
“Es natural
considerar entonces que a un signo (nombre, unión de palabras, signo escrito),
además de lo designado, que podría llamarse el significado del signo, va unido
lo que yo quisiera llamar el sentido del signo, en el cual se halla contenido
el modo de darse. Según esto, en nuestro ejemplo, el significado de las
expresiones ‘el punto de intersección de a
y b’ y ‘el punto de intersección de b y c’
sería ciertamente el mismo, pero no sería el mismo su sentido. El significado
de ‘lucero vespertino’ y ‘lucero matutino’ sería el mismo, pero el sentido no
sería el mismo.”
Si esto se toma como parte de una teoría de significado,
desde luego suena extraño en extremo hablar del significado de un nombre
particular. Es entendible que se quiera corregir este uso a todas luces confuso
de Frege y reemplazar la expresión que usa por la mucho más sensata de
‘referencia’ o ‘referente’, como sugiere Kripke. Pero no es el punto de Frege
aquí establecer una teoría de significado para el lenguaje natural. Continuemos:
“Del presente
contexto se desprende que con ‘signo’ y ‘nombre’ he entendido cualquier
designación que represente un nombre propio, cuyo significado sea, pues, un
objeto determinado (tomada esta palabra en su extensión más amplia), pero no un
concepto ni una relación, sobre los cuales se tratará con más detenimiento en
otro ensayo [nota del editor: “Sobre concepto y objeto”]. La designación de un
único objeto puede estar compuesta de varias palabras u otro tipo de signos.
Para abreviar, llamaremos nombre propio a cada una de tales designaciones.
El sentido de un
nombre propio lo comprende todo aquel que conoce el lenguaje o el conjunto de
designaciones al que pertenece; pero con ello, el significado, caso de que
exista, queda sólo parcialmente iluminado. Un conocimiento completo del
significado implicaría que, de cada sentido dado, pudiéramos indicar
inmediatamente si le pertenecen o no. Esto no lo logramos nunca.”
Aquí me estoy brincando (por lo pronto) una nota de pie de
Frege acerca de un nombre como ‘Aristóteles’. Lo que se empieza a asomar en el último párrafo es quizás un motivo que podría inspirar a Frege a decir que el objeto designado por
una serie de expresiones es su significado, y no su referente; el significado,
puesto así, se parece componer de los sentidos (que dan las propiedades) de
todas estas expresiones cuyo significado es. Pero tendremos que elaborar esto
con más detalle posteriormente: Frege desde luego no
era un idealista (aunque Sluga apunta
que las posturas de Frege podrían considerarse como compatibles con algunos
aspectos del idealismo).
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