Tuesday, March 3, 2015

# 0033

Los pasajes que aquí citaré de “Sobre sentido y significado” son de la traducción de Ulises Moulines del libro Gottlob Frege: Estudios sobre semántica, Ariel; Barcelona; 1971 (Orbis; 1984). El título, sin embargo, Moulines lo reproduce como “Sobre sentido y referencia”, siguiendo una traducción más o menos establecida por esas fechas en la literatura sobre Frege. Ya di algunas razones por las que creo que esta traducción induce una apreciación anacrónica del pensamiento filosófico de Frege, atribuyéndole equivocadamente una visión y puntos de vista que sólo surgieron con la filosofía analítica madura y que en algunos puntos contradicen francamente posturas que Frege defendía. Leer a Frege bajo estos supuestos ocasionalmente tiene el efecto de hacer estas posturas de Frege totalmente incomprensibles y hasta absurdas. En todo caso, me tomaré la libertad de cambiar en las citas la palabra ‘referencia’, donde Moulines la usa para traducir ‘Bedeutung’, por ‘significado’.

Pero presentemente nos enfocaremos a como Frege usa y explica la expresión ‘sentido’ y qué papel tendría, aplicada a los signos de la conceptografía. También trataremos de mostrar algunas evidencias porque no es buena la idea de que ‘sentido’ en una “semántica de Frege” podría jugar el papel de ‘significado’ en una teoría de significado inspirado en Russell, como sugieren e.g. Dummett (a veces), Kripke y otros.

Las explicaciones que Frege da en este texto acerca del significado de ‘sentido’ ocupan sólo unas cuantas páginas. La mayor parte del ensayo se dedica a dar explicaciones acerca de qué pasa cuando no hablamos acerca de objetos comunes como montañas o personas, sino sobre elementos del propio lenguaje como, por ejemplo, oraciones. Tendremos que reflexionar también un poco sobre el motivo que Frege tiene para dedicar una proporción tan grande de su ensayo a este tema; Por lo pronto sólo ventilo mi sospecha de que el motivo es que lo que a Frege realmente le interesa en todo esto son objetos que sólo conocemos porque son signos oracionales que figuran dentro de oraciones que figuran dentro de oraciones: extensiones de conceptos de segundo nivel como los números cardinales, aunque esto no es evidente para nada de la lectura del ensayo, que efectivamente parece consistir de una lista algo arbitraria de diferentes tipos de cláusulas subordinadas y su relación con su respectiva oración principal. Esto podría tomarse como intento superficial de establecer una teoría sobre proposiciones; una actitud que, sin embargo, sería bastante incongruente con la seriedad y sistematicidad de Frege en cuestiones de las ciencias.

La primera ocasión en que Frege usa la palabra ‘sentido’ en este ensayo ocurre después de dar un ejemplo de que un objeto (el punto de intersección de las rectas que unen los ángulos de un triángulo) se nos puede dar de dos diferentes maneras (como intersección de las líneas a y b y también como intersección de las líneas b y c), por lo que la ecuación ‘la intersección de a y b = la intersección de b y c) es verdadera, porque ambas expresiones designan el mismo objeto, y es más que un enunciado meramente de la ley de identidad, ya que contiene información, e.g., sobre una propiedad de los triángulos.

Es natural considerar entonces que a un signo (nombre, unión de palabras, signo escrito), además de lo designado, que podría llamarse el significado del signo, va unido lo que yo quisiera llamar el sentido del signo, en el cual se halla contenido el modo de darse. Según esto, en nuestro ejemplo, el significado de las expresiones ‘el punto de intersección de a y b’ y ‘el punto de intersección de b y c’ sería ciertamente el mismo, pero no sería el mismo su sentido. El significado de ‘lucero vespertino’ y ‘lucero matutino’ sería el mismo, pero el sentido no sería el mismo.”

Si esto se toma como parte de una teoría de significado, desde luego suena extraño en extremo hablar del significado de un nombre particular. Es entendible que se quiera corregir este uso a todas luces confuso de Frege y reemplazar la expresión que usa por la mucho más sensata de ‘referencia’ o ‘referente’, como sugiere Kripke. Pero no es el punto de Frege aquí establecer una teoría de significado para el lenguaje natural. Continuemos:

Del presente contexto se desprende que con ‘signo’ y ‘nombre’ he entendido cualquier designación que represente un nombre propio, cuyo significado sea, pues, un objeto determinado (tomada esta palabra en su extensión más amplia), pero no un concepto ni una relación, sobre los cuales se tratará con más detenimiento en otro ensayo [nota del editor: “Sobre concepto y objeto”]. La designación de un único objeto puede estar compuesta de varias palabras u otro tipo de signos. Para abreviar, llamaremos nombre propio a cada una de tales designaciones.

El sentido de un nombre propio lo comprende todo aquel que conoce el lenguaje o el conjunto de designaciones al que pertenece; pero con ello, el significado, caso de que exista, queda sólo parcialmente iluminado. Un conocimiento completo del significado implicaría que, de cada sentido dado, pudiéramos indicar inmediatamente si le pertenecen o no. Esto no lo logramos nunca.

Aquí me estoy brincando (por lo pronto) una nota de pie de Frege acerca de un nombre como ‘Aristóteles’. Lo que se empieza a asomar en el último párrafo es quizás un motivo que podría inspirar a Frege a decir que el objeto designado por una serie de expresiones es su significado, y no su referente; el significado, puesto así, se parece componer de los sentidos (que dan las propiedades) de todas estas expresiones cuyo significado es. Pero tendremos que elaborar esto con más detalle posteriormente: Frege desde luego no era un idealista (aunque Sluga apunta que las posturas de Frege podrían considerarse como compatibles con algunos aspectos del idealismo).

En el pasaje que sigue, Frege demuestra mediante ejemplo que no toda expresión con sentido que parece designar un objeto efectivamente tiene significado (i.e., designa efectivamente un objeto; esta terminología, tan extraña a los ojos de Russell, Dummett y Kripke, se justifica a la luz del uso de ‘objeto’, como argumenté y seguiré argumentando). Uno de los ejemplos que Frege usa es ‘la serie menos convergente’ que “... tiene un sentido; pero se demuestra que no tiene significado, puesto que para cada serie convergente puede encontrarse otra menos convergente, pero que, no obstante, es convergente. Así pues, por el hecho de que se conciba un sentido, no se tiene con seguridad un significado.”

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